Cementerio Tomás Acea.
A tres kilómetros de la ciudad de Cienfuegos, Cuba. Se terminó de construir en 1926 como una obra benéfica con el capital donado por la familia Acea. Lleva el nombre de uno de los hijos de esta distinguida familia cienfueguera muerto durante su adolescencia. Ninguno de los Acea fue enterrado aquí. En un principio se construyó para los pobres, pero fue tan acertado su emplazamiento y tan monumental su portón, que los ricos hicieron suya la parte elevada de la colina. La obra fue proyectada y ejecutada por los ingenieros Pablo Donato Carbonell y Luis Felipe Ros. Es un cementerio-jardín inspirado en necrópolis estadounidenses y europeas. Aquí las bóvedas, mausoleos y tumbas armonizan con el paisaje. La vegetación se planificó en sectores que delimitan las áreas aprovechando las ondulaciones del terreno. Así podemos constatar que las avenidas pobladas de árboles frutales y ornamentales llevan los nombres de sus plantaciones: avenida Los pinos, Los Cedros, Las Palmas, Los Robles, Los Álamos, etc.
El eclecticismo de la fachada principal se emparenta con el neoclásico que inspiró a la ciudad. Destaca un frontón central, friso con triglifos y metopas y una columnata con fustes estriados. Entre los monumentos funerarios importantes menciono el de la actriz Luisa Martínez Casado, los veteranos de la Independencia, la tumba de Osvaldo Dorticó –el primer presidente de la era revolucionaria– y el monumento a los Mártires del 5 de septiembre de 1957.
Fue declarado Monumento Nacional en 1978.
Si vas a Cienfuegos no dejes de visitarlo, vale la pena.
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