¡Ya viene, ya viene! Una voz anuncia a los vecinos la proximidad del hombre. El pueblo se agita. Por un momento pienso que se ha alborotado un hormiguero. Hay un trasiego de gentes que va y viene por los callejones; después de conocer la noticia y enterar a los suyos, corren hacia la plaza. Tendrá que pasar por allí de todos modos. ¡Cómo se agolpan! Algunos hacen una fila, otros con habilidad intentan ser los primeros. El hombrecito de los consejos hace su entrada en el pueblo. No ha dado un paso y ya están rodeándolo. Lleva en alto una pancarta: OFREZCO CONSEJOS. La multitud no deja de acribillarlo con sus urgencias; se le enciman, casi lo aplastan. El hombre registra concienzudamente la información y trata de dar una respuesta sencilla, lo más rápido posible para interesarse en el siguiente problema. El pago es una sonrisa o un "gracias" opacado por la confusión y el gentío. Y es que estas personas han esperado mucho el arribo de este buen señor quien sólo atraviesa el case
¿Quién le tiene miedo al lobo? Reportaje fotográfico. Para despedirme de la ciudad hice esta caminata diurna por el bosque de la Habana siguiendo el curso del río desde el parque Almendares, atravesando los jardines de la Tropical, La Polar y el parque forestal, hasta el cruce de Boyeros y Santa Catalina. Puente del río Almendares Río Almendares Puente visto desde la ribera del río Jagüey centenario en el parque Almendares El río sí es cristalino Adentrándome paso a paso en el bosque ¡Uhhhhh! ¡Qué miedo! Comienzan a aparecer espectros Lianas y ramas me quieren tocar Pequeño puente sobre el río Vista del cauce En los jardines de la Tropical hago una pausa Entrada a uno de los salones de fiesta Curioso edificio surrealista Una vista desde la torre Calzada de Puentes Grandes Fábrica de Papel en las márgenes del río Entrada al Parque Forestal El parque con gran variedad de árboles Más árboles Árboles, árboles, árboles Cruce de las avenidas Boyeros y Santa Catalina Mapa del recor
Me complace compartir el primer feedback del libro “Tormenta de felicidad y otras parábolas”. Gracias, Ana María, por permitir publicar tu opinión. “ Frida me hizo pensar. La Curiosidad me mantuvo en vilo, no esperaba ese final… sonreí. Disfruté el libro más de lo que pensé. Es una ayuda o abrazo necesario para la enseñanza de la condición humana. Cada parábola lleva consigo una reflexión tierna; conduce al lector de la mano y de pronto lo suelta, para que cada uno haga su propia reflexión, que oiga una voz que desde adentro nos haga pensar en algo mejor.” (Ana María Rojas)
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