EL PRINCIPE DE MIRAMAR Y EL MENDIGO DE LA TIMBA Por Yoss Que los tiempos cambian es una verdad de Perogrullo. La de hoy, por ejemplo, parece ser época de disfrutar del cine en casa y a solas, gracias a la tecnología digital, las ventas callejeras de DVDs con combos de 5 y 6 películas tranquilamente pirateadas y memorias flash viajeras cargadas con lo mismo. Artilugios que además permiten a esa parte cada vez más numerosa del público que tiene computadora en su casa ver los filmes de reciente producción mucho antes de que nuestra TV y nuestro circuito cinematográfico los exhiban. Podría entonces creerse que resulta francamente obsoleto, que ya no tiene sentido acudir a comulgar con el milagro de la sala oscura y la pantalla grande (en la que, por cierto, también cada vez más a menudo la imagen proyectada es digital, de DVD, video beam o datashow y ya no de 35 mm). Que ya quedó para siempre atrás aquella época en que nuestros entusiastas espectadores hacían larguísimas colas ca