Milano
La diáspora cubana o el éxodo desmesurado de los cubanos a raíz de la crisis del sistema socialista, entre otras cosas, me ha facilitado tener amigos y familiares en muchos países del mundo. Bien mirado, los cubanos nos estamos convirtiendo en embajadores de nuestra cultura al irradiar el pedacito de sol que llevamos dentro. Así que mis andadas no se restringieron a Roma y sus alrededores. Con la buena fortuna de que una de mis hermanas estaba de visita en casa de su hija, me dije, esta es la oportunidad de viajar a Milano en plan familiar, conocer la hija de mi sobrina y, de paso, ahorrarme los euros del hotel, los desayunos y las cenas. ¡Mil Anos! ¡Vaya tufillo que debe tener! –exclamó mi amigo Víctor con sorna cuando le dije a dónde viajaba. Milano –rectifiqué yo.
Esta es la segunda ciudad más poblada de Italia con más de un millón trescientos mil habitantes. Se ubica en la parte norte del país en la región de Lombardía. Fue fundada por los celtas cerca de 600 AC y conquistada por los romanos en 22 AC. Haciendo un poquito de historia, en el siglo IV la ciudad se convirtió en capital del Imperio Romano de Occidente durante un breve período. A partir de 450 fue saqueada por los hunos, tomada por los hérulos, ocupada por ostrogodos y conquistada por los lombardos hasta quedar en manos de Carlomagno en 774.
Como podrán notar hasta aquí, Milano ha sido muy apreciada. Todos sus vecinos han querido un poquito de ella. Gobernada por arzobispos y luego por la nobleza, la ciudad fue pasando de mano en mano como una joya de mucho valor. Durante la Edad Media vivió momentos de esplendor y tiempos de batallas. Apunto como curiosidad que Milano fue una de las pocas ciudades de Europa que no sufrió el diezmo de la peste negra del siglo XIV porque (por miedo y sadismo) emparedaron las pocas casas afectadas por la epidemia. Nadie salió vivo de allí, ni enfermos ni sanos.
Durante el quatrocento artistas como Leonardo da Vinci y Bramante elevaron el nivel artístico de la urbe; bajo el gobierno de los duques de Visconti volvió a ser una ciudad próspera y deseada. En el siglo XV fue conquistada, esa vez por los franceses y luego por los españoles; en el XVIII fue cedida a Austria y en el XIX fue ocupada por Napoleón. Sin dudas, no negarán que Milano ha sido muy manoseada.
Ella fue centro del nacionalismo italiano que batalló por su independencia y la unificación de Italia; así mismo, desde allí se divulgaron (en el periódico L’Avanti) las ideas del Partido Socialista Italiano y del movimiento fascista. Después de la segunda guerra mundial, la ciudad se preocupó por la reconstrucción industrial y cultural del país. Como acotación final: Silvio Berlusconi es milanés.
En Milano la moda, la editoria y la indrustria están muy desarrolladas. Es un importante centro comercial y la capital financiera de Italia. En piazza Affari se encuentra la Bolsa de Valores, unos de los centros financieros más sobresalientes de Europa. La Feria de Milano es reconocida internacionalmente, contiene el complejo de exposición mayor de toda Europa.
En mi opinión, no puede compararse con Roma, aunque muchos de sus edificios tiendan a la monumentalidad. La catedral, el castillo de Sforzesco y la Estación Central (obras que responden a diferentes períodos de su historia) son buenos ejemplos. Más que una ciudad turística es una ciudad para negocios; dinero hay suficiente, sólo que los pobres no lo ven.
Esta es la segunda ciudad más poblada de Italia con más de un millón trescientos mil habitantes. Se ubica en la parte norte del país en la región de Lombardía. Fue fundada por los celtas cerca de 600 AC y conquistada por los romanos en 22 AC. Haciendo un poquito de historia, en el siglo IV la ciudad se convirtió en capital del Imperio Romano de Occidente durante un breve período. A partir de 450 fue saqueada por los hunos, tomada por los hérulos, ocupada por ostrogodos y conquistada por los lombardos hasta quedar en manos de Carlomagno en 774.
Como podrán notar hasta aquí, Milano ha sido muy apreciada. Todos sus vecinos han querido un poquito de ella. Gobernada por arzobispos y luego por la nobleza, la ciudad fue pasando de mano en mano como una joya de mucho valor. Durante la Edad Media vivió momentos de esplendor y tiempos de batallas. Apunto como curiosidad que Milano fue una de las pocas ciudades de Europa que no sufrió el diezmo de la peste negra del siglo XIV porque (por miedo y sadismo) emparedaron las pocas casas afectadas por la epidemia. Nadie salió vivo de allí, ni enfermos ni sanos.
Durante el quatrocento artistas como Leonardo da Vinci y Bramante elevaron el nivel artístico de la urbe; bajo el gobierno de los duques de Visconti volvió a ser una ciudad próspera y deseada. En el siglo XV fue conquistada, esa vez por los franceses y luego por los españoles; en el XVIII fue cedida a Austria y en el XIX fue ocupada por Napoleón. Sin dudas, no negarán que Milano ha sido muy manoseada.
Ella fue centro del nacionalismo italiano que batalló por su independencia y la unificación de Italia; así mismo, desde allí se divulgaron (en el periódico L’Avanti) las ideas del Partido Socialista Italiano y del movimiento fascista. Después de la segunda guerra mundial, la ciudad se preocupó por la reconstrucción industrial y cultural del país. Como acotación final: Silvio Berlusconi es milanés.
En Milano la moda, la editoria y la indrustria están muy desarrolladas. Es un importante centro comercial y la capital financiera de Italia. En piazza Affari se encuentra la Bolsa de Valores, unos de los centros financieros más sobresalientes de Europa. La Feria de Milano es reconocida internacionalmente, contiene el complejo de exposición mayor de toda Europa.
En mi opinión, no puede compararse con Roma, aunque muchos de sus edificios tiendan a la monumentalidad. La catedral, el castillo de Sforzesco y la Estación Central (obras que responden a diferentes períodos de su historia) son buenos ejemplos. Más que una ciudad turística es una ciudad para negocios; dinero hay suficiente, sólo que los pobres no lo ven.
Comentarios