Masaje en la Tertulia
Para poner en práctica lo aprendido, en una doble sesión, fuimos masajistas y modelos de manera alternativa. Todos terminamos muy satisfechos. 

“Esto es uno de los placeres de la vida, y yo que pensaba que comer era lo mejor”, dijo alguien a punto de quedarse dormido. La música de un teléfono móvil se dejó escuchar de fondo. “¡Qué inoportuno, quién será!” “Déjalo sonar, es mi mujer, pero ahora no voy a contestar.” Volvió a repetir la voz somnolienta. Y tiene razón: los masajes se disfrutan sin interrupciones.
Los anfitriones de la tertulia -Rebeca, Osnaide y Magela- agasajaron a los tertulianos con un glögg de bienvenida, vino dulce condimentado con especias que se bebe caliente con trocitos de almendra y uvas pasas para calentar el cuerpo durante los meses de noviembre y diciembre. Fue una manera de mostrar lo que han aprendido de la nueva cultura. Pero eso no fue todo, al finalizar las sesiones de masaje, sirvieron sendas tortas de espaguetis adornada con tomates (receta cubana moderna) y ensalada, por supuesto. Vale añadir que la comida, aunque no es imprescindible -como el masaje-, siempre se agradece.
Este fue el último encuentro que tuvimos con los sociólogos que ya regresaron a Cuba. A modo de despedida, los profesores le entregaron a Víctor una artesanía cubana para colgar las llaves de la asociación cultural que estamos creando para cubanear a gusto.
Comentarios
Me encanta que escribas estas crónicas, tu blog se ha convertido en la memoria de la pandilla!